jueves, 26 de marzo de 2009

Un cuentito sobre la reflexión, para cambiar el tono

La reflexión es maravillosa, sin duda lo es, ya al decirlo te zambullís, entregado a ella , estoy declarando te decís, estoy haciendo una declaración evaluativa, un juicio, ahí nomás enseguida, en la cuarta palabra ya estás con la reflexión hasta el cuello, rodeando el cuerpo como un gigantesco y delicioso jacuzzi, si declaras será por algo nó, habrá un para qué, para que declarar que la reflexión es maravillosa, para meterse al jacuzzi claro, primero para eso, para que decís lo que decís, como se escucha lo que decís, como escuchas lo que te dicen, para qué escuchas eso y no otra cosa, tanto para qué suena a cartesianismo teleológico che, prefiero el jacuzzi, te decís, esto de decir, decirte, escucharte, es mas fácil mirarlo con ejemplos, digamos que estás en tu casa un Viernes a las once de la noche, estás en tu casa mirando una película empalagosamente americana, disfrutándola como se disfruta una big mac, o estás sentado en un mc donald disfrutando de no estar encerrado en tu casa y como tenés visión estereoscópica con el rabillo ves el azulcito del celular, un mensaje, inmediatamente aparece una reflexión, no es un jacuzzi, no, pero es reflexión, ibas a apagarlo, estar tranquilo, pero lo pusiste en vibrador para que deje posibilidades abiertas, a ver de quien se trata te decís( mirando pero sin dejar de mirar la pantalla , o la rubia que acaba de atravesar la puerta), interesante, una mina que es hueso duro, lindo pa roer, un caño de esos que son de ensueño, ponele el apelativo que prefieras, a ver - que hace, pregunta concisa, y ahí nomás, con dos palabras comienza a trotar la escucha de lo ilocucionario, se disparan un par de interpretaciones tipo nueve milímetros, metáfora hípica o bélica, la que prefieras , y después de juzgar desde esa escucha, desde esas interpretaciones cual es la respuesta que te sitúe como una posibilidad en el horizonte de la dama, mandás - estoy en mi casa escuchando música y vos? , y seguís con lo que estabas, pero mas atento al celular ahora, enseguida responde -saliendo de una conversación difícil pero que tenía que tener. Estás divertido? Ahí la escucha sale al trote, dispara varias balas, se peleó con el novio, renuncio al laburo, está con el estrógeno alto, no sé, algo le pasó y quiere contarlo! Escuchas esa inquietud, y que le vas a contestar? Que si? Que estás divertidisimo? Por supuesto que nó! Le decís , sin dar vueltas -Podría estarlo mas si venis a visitarme y entonces salis corriendo a agarrar el auto para ir a tu casa, o vas a limpiar el baño, a ordenar un poco, ella se demora en responder, no te responde, entonces pensás si habrás escuchado bien la ilocución, y te decís la reflexión es maravillosa, es como un jacuzzi.

La Reflexión


Reflexionar es soltar, es saltar. Es soltar las certezas, es saltar al vacío de verdad. Cuándo reflexionamos no detenemos la vida, es imposible, pensamos en lo que hacemos inmersos en el hacer, y...
¿ para qué lo hacemos?
¿Para qué conversamos sobre nuestras conversaciones? ¿Qué busca la reflexión, cuál es el sentido de ese hacer?
Me parece que nos preguntamos sobre el hacer en busca de una explicación , por ejemplo, ¿por qué me enojé tanto ayer, con el que se adelantó con el auto? ¿ por qué no soporto esperar?, ¿ por qué soy impuntual? ¿ por qué no hago lo que digo que quiero hacer?
Algunos ejemplos nomás, algunas preguntas interesantes para buscarle explicación si te identificás con alguna, si por ahí te aprieta el zapato, pero…
que es una explicación?
Una explicación es un relato que se acepta cómo verídico o plausible de serlo, pongamos por ejemplo que reflexionamos acerca del hacer en el acto de escribir :
¿Cómo hace lo que hace, cómo escribe, me pregunta alguien?
Bueno, verá usted, cuando era niño fui a la escuela y entonces primero me enseñaron los ritmos, me enseñaron a dibujar las letras, me enseñaron que esas letras formaban palabras y esas palabras significaban cosas, relacionando las palabras con las cosas, practicando, es que puedo escribir, ¿Qué tenemos ahí? Tenemos una serie de proposiciones que se articulan para dar cuenta de sucesos que, de suceder, dan por resultado otro suceso, en éste caso el escribir, ahora bien, que pasa si ante la misma pregunta yo respondiera:
verá usted, tenía alrededor de cinco años cuándo, mientras jugaba en la plaza bajó del cielo una luz que me iluminó el rostro y cuándo volví a mi casa ya sabía escribir, nadie me enseño a hacerlo
¿sería una explicación eso? Me parece que no, me parece que la explicación es tal cuándo se acepta.
Entonces, en la reflexión sobre el hacer, para que ocurra, está la necesaria suspensión de las explicaciones que ya tenemos para nuestro hacer, está la necesidad de soltar, de saltar, porque sino la alteridad de relatos que surjan a partir de la reflexión no serán aceptados como explicaciones plausibles, de modo que, a la postre, no habrá reflexión en absoluto.
Ante la pregunta de cómo hacemos lo que hacemos sale a la luz algo que al decirlo parece sencillo, pero no lo es tanto, explicamos nuestro hacer, nuestro vivir, con relatos de nuestro hacer, de nuestro vivir, eso es lo que es preciso soltar, ese es el vértigo maravilloso que propone el salto reflexivo, y es ahí cuándo la ayuda de otros haceres, de otros vivires, nos proponen otros relatos, nos dan la oportunidad de observar otras explicaciones, nos muestran la posibilidad de cambiar.
Reflexión sobre querer es poder
Muchas veces escuché la frase querer es poder, seguramente ustedes también, antes de reflexionarla a mí me parecían palabras de aliento, simplemente, una forma de motivación, hoy las reflexiono y me resulta una frase interesante, para analizarla es preciso ampliarla, sumarle palabras. Entonces, querer… Si realmente quiero! Si pongo empeño! Si pongo voluntad! Si pongo ganas! Si pongo garra! Si pongo todo! Si pongo huevo! Voy a poder! Voy a poder! Voy a poder hacer! Que maravilloso! Poder hacer lo que quiero hacer! Poder! Poder poder! Y puedo! Pongo mi empeño y puedo! Que alegría! Que satisfacción! O nó? ¿Cómo nos ponemos cuando podemos? Contentos! Alegres! Aaaaaaaaanchos… o nó? Claro que siiii!!! Anchos de autoestima!!! Y que pasa si agarramos todo ese entusiasmo y queremos poder otra cosa y ponemos empeño, voluntad, ganas, garra, ponemos todo y…no podemos ¿Qué pasa ahí? ¿Qué pasa ahí, que hacemos? ¿Qué hacés vos?

Estos son mis valores

Gracias porel amor que me trajo paz.




Esta es mi misión

Utilizar mi creatividad, mi alegría, mi solidaridad, mi optimismo, mi audacia, mi seducción, mi aprendizaje, usar todos mis talentos en la creación de talleres, entrenamientos, sistemas de gestión de recursos humanos, artículos y libros que muestren formas de dar amor, recibir amor y pedir amor y la capacidad de éstos actos para cambiar favorablemente las relaciones en (la familia, el trabajo, la pareja, la escuela...) las organizaciones.

miércoles, 18 de marzo de 2009

Quién soy?




¿Quién soy?
¿Quién soy?
Decir yo es comenzar a hacer juicios, ¿Que digo cuando digo yo?¿Quien soy para mí? ¿Quien soy para los otros? ¿Y cómo sé quién soy para los otros? ¿Digo yo y me refiero a quien he sido hasta hoy? ¿o quién estoy dispuesto a ser en el futuro?Hace poco, charlando con una amiga sobre la mirada psicoanalítica de los olvidos, ella dijo - siempre dejo todo en el mismo lugar y tengo mis cosas super ordenadas porque sino perdería todo, yo soy muy despistada, muy desordenada, por eso hago las cosas así, para no perder tiempo, sino... Charlamos un rato, me contó que fue gracias a su primer trabajo, hace veinte años, que comenzó a hacer las cosas de éste modo, para evitar el desorden, los olvidos, entonces pregunté ¿ por qué decís que sos desordenada? - Porque yo me obligo a dejar todo en el mismo sitio, pero en realidad soy desordenada, el otro día estuve como una hora buscando la llave, la había dejado fuera de su lugar, yo sé el tiempo que se pierde, por eso, para no tener que despertarme media hora antes a buscar que ponerme, (porque siempre me gustó dormir pero me tenía que despertar a las seis de la mañana) comencé a acomodar la ropa, en fin, todo. En vano intenté mostrarle que si desde hace veinte años hace un culto del orden, y no sufre de olvidos recurrentes, no hay razón para decir yo soy desordenada, yo soy despistada, y es que como mi amiga, muchos de nosotros incurrimos con mayor o menor frecuencia en esto de pensar al yo como una entidad inmutable, algo que está mas allá del mundanal ajetreo del cuerpo. Cuándo digo que decir yo es hacer un juicio (no busco ahondar en una hermenéutica del sujeto, tampoco problematizar al yo en tanto creación especular, urdida en el deseo del otro) lo que busco es conectar al yo, a la identidad, con el aprendizaje.
Nosotros, los que conocemos, somos desconocidos para nosotros mismos.



Así empieza Nietzsche el prólogo de su genealogía de la moral, hace mas de ciento veinte años. Hace catorce, quince, leía al terrible filósofo con fruición, y si querías entender a Nietzsche tenías que leer a los griegos, algo aunque sea, y a Hegel, a los alemanas que el tanto criticaba, y escuchar a Wagner, saber quién era ese Parsifal, qué significaba.Todo eso antes, pero después, después de Nieztsche esa delicia que es Foucalt, y claro, así todos los demás, Marx, Weber, Parson, Levy Strauss, Freud, Lacann, la lista es larguísima, y los años pasan, conozco cada vez mas, estoy cómodo en ese conocer, modela mis palabras, mi cuerpo, mis relaciones, en ese lugar digo yo y digo seguridades que me constituyen, obtengo muchos logros con esa identidad que he construido, por que cambiarla? Por que repudiarla, quitarle su pretendida veracidad, su carácter intrínseco, inmutable? ¿Por qué inventarme premuras de espeleólogo y tropezar en las oscuridades de mi alma lastimándome las rodillas con mis desconocidas aristas?¿ Por qué interpelar mi yo si es lo que he constituido para relacionarme con los otros? No sé bien por qué, lo cierto es que un buen día comencé a pensar que lo que tenía valor era aquello en que se ponía el cuerpo, anduve en esa conversación un buen rato, entonces decidí aprender a nadar, hasta ese momento el juicio era a mi no me gusta el agua, decidí aprender un arte marcial, nunca me habían gustado, de hecho me daba mucho miedo, decidí aprender acrobacia aérea, ¡yo que tengo vértigo!
Y entonces llegó Rubén y llegó Irma, que me invitaron al aprendizaje ontológico, entré con el curso ya avanzado, estaban aprendiendo juicios (justo en ese tiempo yo leía Crítica de la razón pura, de Kant (algo así como el NegroQueMandaMas en juicios) leía sobre juicios sintéticos, analíticos, particulares, universales, me parecía insólito que se hablara tanto de juicios y ni se lo nombrara al buen Imanuel,...) receloso, arrogante, pensé qué parecía una suerte de terapia de grupo, pero… sin saber bien por qué, decidí quedarme, decidí aprender, me costó juicios, me costó mucho ponerle el cuerpo, pero algo aprendí, a cambiar la pregunta por ejemplo, a cambiar el por qué por el para qué, para que hago lo que hago, para qué digo lo que digo, para qué juzgo que el yo es un juicio?Lo hago para tratarlo como tal, para tratar a la identidad como una opinión, una interpretación, un relato, un cuento que contamos y nos contamos, un cuento… pero no un cuento cualquiera, no un juicio cualquiera, la identidad, el yo soy, es un tesoro.Lo urdimos desde muy chicos al yo soy, con nuestros padres, con nuestra gente, ¿por qué nos gustan las cosas que nos gustan? ¿por qué nos disgustan las cosas que nos disgustan? Porque somos! porque la abundancia es el sello de la creación y si bien hay una similitud genética enorme entre todos nosotros ( a nivel genéotipico soy tan parecido a vos como a cualquiera que viva en un continente de las antípodas, por eso en sentido biológico, como hay muy poca, poquísima diferencia genética, no existen diferencias de raza en los seres humanos) cada uno es una posibilidad única, irrepetible. Pueden existir decenas, aún cientos de personas que se llamen como vos, pero… exactamente igual?, y que vivan en la misma comunidad? Haciendo y sintiendo las mismas cosas por sí mismos y por los otros?Cada uno de nosotros somos para nosotros mismos, y para los otros, una posibilidad ilimitada, además de única e irrepetible.¿Por qué ilimitada? Porque no somos un producto terminado, un relato ya escrito, una versión acabada del ser que podemos ser, nada de eso, permanecemos inacabados, incompletos, deseantes… y esa es la maravilla de estar vivo! Mi amiga diciendo soy desordenada, ¿cómo funda ese juicio si en su casa, en su vivir pueden verse evidencias, afirmaciones de lo contrario? Yo diciendo soy cobarde, le tengo miedo a las alturas, al agua, y nadé en mares y ríos, cuelgo a varios metros del suelo dos veces por semana…Podemos aprender a ser quiénes queremos ser, podemos elegir los valores, las relaciones, los hábitos, las emociones, las conversaciones, las acciones que constituyan ese yo soy, y podemos cambiar los yo soy que generan malestar, tristeza, sufrimiento, impotencia, postergación, ira, desamor.¿Qué te gustaría aprender, que te gustaría cambiar a vos?